28 septiembre, 2010

Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre (Hb 13,8)

El primer servicio de la Iglesia a la humanidad es anunciar a Jesucristo, el Señor, con obras y palabras, y hacer posible la experiencia del encuentro con Él, y de lo que ese encuentro significa para el hombre. Esta tarea a veces se ve obstaculizada por factores externos e internos. Ya Pablo VI hubo de prevenir contra los errores doctrinales del momento, que no han desaparecido:

Dar en la religión la primacía a la tendencia humanitaria lleva al peligro de transformar la teología en sociología (…) [lo cual] puede dar lugar a otro inconveniente peligroso, que consiste en adaptar la doctrina de la Iglesia a criterios humanos, postergando los criterios intangibles de la revelación y del magisterio oficial eclesiástico (…) La fe aceptada y practicada, no es una evasión de los deberes de la caridad y de las grandes y urgentes necesidades de orden social; por el contrario, es su inspiración y su fuerza. Es también el remedio contra la tentación de caer en el temporalismo, esto es, en el predominio de los intereses temporales, del cual la religión debería verse libre hoy más que nunca, y contra la otra tentación más grave de querer instaurar un nuevo orden social sin la caridad, sino con la violencia, sustituyendo un dominio prepotente y egoísta con otro (…) Una moral sin Dios, un cristianismo sin Cristo y sin su Iglesia, un humanismo sin el auténtico concepto del hombre, no nos conduce a buen fin. Que nuestra fe nos preserve de semejantes fatales errores, y sea para nosotros luz y maestra en la búsqueda de la perfección personal y social” (Audiencia General, 10 de julio de 1968).

Pablo VI se expresaba así porque el cristianismo no es una mera religión horizontal, filantrópica y social. Conviene acercarse al Jesús de la historia y de la fe, descubierto en los Evangelios. Al Jesús presente en la Iglesia por la Resurrección. Y presente en el mundo como Señor de la historia. Jesús, el Cristo, inseparable de la Iglesia. Es el objetivo del Curso de Verano titulado ‘Jesús, el Cristo, en la nueva encrucijada cultural’, que (D.M.) tendrá lugar en el Auditorio Juan Pablo II (Plaza de la Catedral) los días 7 y 8 de septiembre.

En su comunicado final, el XXXI Meeting de Rimini-Italia (agosto 2010) -con más de 800.000 visitas y un plantel de invitados de lo más variado e internacional-, promovido por Comunión y Liberación, afirma que “el Cristianismo responde a los desafíos de la modernidad porque, en él, el corazón del hombre encuentra plena satisfacción”. Una experiencia decisiva al alcance de todos.

Francisco Escámez, sacerdote

Artículo aparecido en telealmerianoticias.es el 6 de septiembre de 2010